Té verde:
Se elabora con las hojas más frescas del arbusto o con los brotes nuevos que no se han oxidado todavía y no se han fermentado. Las hojas de té verde contienen muchos ingredientes activos, incluida la cafeína y varios antioxidantes naturales.
Té negro:
Se elabora con Las hojas y tallos envejecidos del arbusto, tiene un grado de oxidación del 100%. Una de las propiedades más destacadas del té negro es que contribuye a disminuir el nivel de colesterol en sangre.
Té rojo:
Se elabora de lo que sería un té verde, pero que una vez procesado, se apila en unas condiciones determinadas de calor y temperatura para que “Fermente” y cambie su perfil sensorial por completo.
Jengibre:
Gracias a que es muy rico en aceites esenciales, vitaminas, minerales, antioxidantes y aminoácidos que otorgan muchos beneficios al cuerpo humano, el consumo de esta raíz es algo más que recomendado.
Stevia:
Es utilizado como edulcorante natural durante siglos. Las hojas de la planta Stevia tienen un sabor refrescante, sin índice glucémico, sin calorías y sin carbohidratos. Es 25-30 veces más dulce que el azúcar y mucho más saludable.
Moringa:
Considerada un antibiótico natural, es una planta con múltiples usos y beneficios medicinales. Sus propiedades antiinflamatorias, antimicrobianas, antioxidantes, cardiovasculares, y hepatoprotectoras, la hacen útil en el tratamiento de diversas enfermedades.
Rooibos:
Al parecer la planta rooibos es la única fuente que se conoce de aspalathin, un potente antioxidante que podría desempeñar un papel importante en la lucha contra varias enfermedades.